lunes, 9 de diciembre de 2024

Carta a la lejanía

 Querida Musa de la lejanía,

Mientras la luna baña con su luz plateada tu ventana, sé que tus pensamientos, como los míos, vuelan hacia un encuentro que anhelamos con la misma intensidad. Imagino tu mirada perdida en ese mar de cráteres, soñando con un amor que encienda tu alma como un cometa cruzando el cielo nocturno.

Cada noche, al igual que tú, me encuentro contemplando esa misma luna, deseando que su magia nos una. Sueño con el momento en que nuestros caminos se crucen, y la pasión que ambos guardamos en lo más profundo de nuestro ser se desate como una tormenta de verano.

Anhelo sentir la calidez de tu piel bajo mis manos, perderme en la profundidad de tu mirada y descubrir la dulzura de tus labios. Imagino nuestras almas entrelazándose en un baile de emociones, donde el deseo y la ternura se funden en un abrazo eterno.

Sé que en algún lugar, bajo esta misma luna, tú también suspiras por ese encuentro. Espero con ansias el día en que nuestros sueños se hagan realidad, y la pasión que nos consume nos lleve a un amor tan infinito como el universo que nos rodea.

Con la esperanza de encontrarte pronto bajo la luz de la luna,

Rafael.

martes, 19 de noviembre de 2024

Canela suave

 Ojos negros, profundos pozos,

donde se ahoga mi mirada,

luceros que en la noche brillan,

con una magia innata.


Cabellos de canela rizada,

cascada de fuego y pasión,

en cada bucle un hechizo,

que cautiva mi corazón.


Tu piel, canela suave,

acaricia mi alma al rozar,

y en tu sonrisa se dibuja,

un amanecer sin igual.


Eres la musa que inspira,

los versos que mi alma crea,

la diosa de ébano y fuego,

que en mis su

eños me recrea.

Te escribo una carta

 Mi querida amiga,

Las palabras parecen volar con torpeza en esta página, como si el peso de la distancia las hiciera tropezar antes de alcanzarte. Recuerdo aquellos días, no tan lejanos, cuando las tardes se deshacían entre risas y cada letra que escribía era una promesa de encuentro. Tardes de sol y papel, donde el tiempo se detenía y solo existíamos tú y yo, entrelazados en un diálogo silencioso que solo nuestros corazones conocían.

Hoy, la distancia se interpone como un muro frío e inmenso, pero cada línea que trazo busca llegar de nuevo a ti con la fuerza de mis anhelos. Un anhelo que, a pesar del tiempo y la lejanía, sigue ardiendo con la misma intensidad que el primer día. ¿Recuerdas? Las cartas eran nuestro refugio, el espacio donde nuestros sentimientos se desnudaban sin pudor, donde las palabras fluían como un río llevando consigo la esencia misma de nuestro ser.

Cada letra que escribo es un susurro que viaja a través del viento, una caricia que busca tu piel, un beso que se posa en tus labios. Cierro los ojos e imagino tu rostro al leer estas líneas, y una sonrisa se dibuja en mi alma.

Te amo, con la misma fuerza y ternura que en aquellos días donde las cartas eran tardes de sonrisas. Espero con ansias el momento en que podamos volver a leernos, y que estas palabras, que ahora vuelan torpes por el papel, se conviertan en besos y caricias para un bonito sueño contigo.

Con un amor que no conoce distancias,

Rafael.


martes, 18 de junio de 2024

Quisiera que no te fueras

Quisiera que está noche fuera real contigo mi presencia 
Y que en el rumbo de tus sueños pueda hablarte con el viento que te acaricia,
Y es que, de verdad quisiera que te quedarás está noche conmigo, y besarte, acariciarte para que te quedes y no sentir ya más tu ausencia. Refugiados en un tiempo nuestro que nos una.
Quisiera que te quedarás, que sonrieras, que vivieras en este suspiro que traigo en el pecho y que borraras la dolencia, la tristeza y este cruel vacío que a mi lado se sentó...


domingo, 25 de octubre de 2015

Friend


martes, 29 de septiembre de 2015

Una carta


Navojoa, 23 de octubre de 2009.



Querida Soledad:


Nunca he hablado de mi. Ni de mis divagaciones con nadie más que contigo. Porque hablar de mi es desnudar mi vida desde dentro. Es hablar de mis comienzos, de mis días, de una olvidada porción de pensamientos no escritos que sólo viven en cada retazo de mis recuerdos.
Me es difícil empezar, y más el poder escribirlo. Es porque ya no lo hago. Ya no escribo. No puedo escribir, ya no lo recuerdo. Sólo tengo esta memoria transmutada en este viento frío que percibo. Esta vivencia de encontrarnos, de sentarnos a escuchar reflexiones tan dolorosas, diálogos tan febriles y grises de esta cabeza revuelta en tristeza.
Mira que ha pasado tiempo. Tiempo de anhelos, tiempos de ansias, de rascar el cielo, de cerrar los ojos, de anhelar abrazos. Y no es que me apeteciera mucho, la verdad, pero mi cuerpo anhela e insiste tanto por un abrazo que no puedo hacer nada, aun si me negara o cuantas veces lo desee. Pero me doy cuenta que es más acertado sacar todo eso en un suspiro antes de comenzar a temblar por pensar en ello.
Por eso ahora te confieso que yo de niño te conocí por primera vez. Podía escuchar tu respiración sin sonidos, sin hacer ruidos. Estabas allí, en el silencio de algunas miradas sincrónicas que transmutaban en muecas y sonrisas de amistades amargas. Que fuiste tu quien dio forma a mi quimérica realidad que abraza cada latido de mis ensueños adormecidos. Que todas las cartas que te he escrito desde hace años, mis cuadernos, cada pensamiento, cada renglón recortado, todos mis libritos de hojas sueltas se han convertido en un escándalo en mi cabeza cuando realmente el verdadero propósito era conseguir no pensar en nada, expulsarte de mi conciencia.
¿Me recuerdas? soy el lejano niño que se esfumaba en tus brazos de viento helado incapaz de sonreír mirándote a los ojos. Soy el niño que en la más tranquila quietud hablaba contigo de esto y aquello gesticulando alegría de tu silente compañía. Y luego de un tiempo, me acostumbré a conjugar verbos contigo, olvidándome del sentir, de la burla, y la tristeza que es dolor respirable.
No sé si puedas recordarme. Me encantaba jugar contigo imaginando una nueva vida, la energía que nunca tuve, y cierta habilidad para hacer amigos sin el vacío infinito que aturde mis memorias. Ha pasado mucho tiempo desde esos momentos, desde esos entonces, y no te pareces en nada a la niña que fuiste pero que regresaste a mi en una caricia como cuando, escritorio por escritorio, me hacías divagar en los exámenes incitándome a escuchar el trino de los gorriones y el suave soplo del viento. Pero aún ahora, en mi loco frenesí, logro recordar lo olvidado. Tú tan lejos, tú tan cerca y tan llena de silencios y eternas nimiedades desgarradoras.
Los minutos pasan en estas horas con aire que evoca pasado, y todavía no sé si me recordarás. Yo te recuerdo bien. Aún te recuerdo en otra página de mi niñez, y hubiese intuido quién eras si mi inocente ingenuidad me hubiese permitido ver desde la expresión de tus ojos a través de ella, la niña del juguete perdido. Quién hubiese pensado que cuando cruce la calle para entregárselo te presentarías en un suave murmullo de desaire. La vi riendo escondida en el rubor de unas mejillas que parecían desprender calor. <<¿Quieres jugar?>> dije intentando hacer una amiga <<No juego con tontos>> dijo y rió burlona, sonrojada y amarga dejándome con una verdad que no me permitió rincones para esconderme de ti, ni de ese frío sentimiento ante una escena de sonrisas falsas de una amistad rechazada.
Es extraño escribir de ti y de mi contigo. Te escribo no con intención de que me contestes. No te hablo directamente porque sabes que siempre se me ha dado mejor escribir que hablar, por eso decidí contarlo de esta manera aunque casi ya no lo haga. Si estás leyendo esta carta es porque últimamente me es difícil escribir tus abrazos en alguna parte de mí y porque llegan a mi mente momentos de una niñez que siguen ahogándome en suspiros, extinguiéndome como en cada noche sin compañía alguna que pueda comprender lo que escribo en mi memoria.
Te escribo esta carta desde esta tarde-noche en silencio. El rojo del horizonte se esfumó al quedarme dormido por un instante en mis recuerdos. Veo las nubes pintadas ahora en el naranja destellante con el que se hacen las tardes. Desde donde estoy sentado veo la calle que ya empieza a hormiguear con prisa en risas, bulla y bicicletas, y aunque no alcanzo a oír tu respiración en el viento que no sopla, sé que estás ahí en un espacio propio, alentándome con palabras fugaces desde el sosiego que me envuelve.


Tu amigo de infancia,


Rafael.


P.D.: Mi experimento para acortar distancias se me ha ido un poco de la manos… Tanto duele pensar que hoy sólo soy un extraño que alguna vez se enamoró.

viernes, 16 de enero de 2015

Felicidad


Felicidad para ella como el dulce sueño.


…para aquella mujer con aroma de musa

que construye en el aire nostalgias, besos y deseos,

y lo susurra en nuevas palabras encontradas

en cada sonrisa y vacío de la tarde.


… a ella 

donde quiera que esté.

viernes, 10 de enero de 2014

Contigo


Hoy quiero imaginarme un poco contigo
en un abrazo con el arribo del viento a tu ventana.

domingo, 31 de marzo de 2013

Una noche



Intensificando una sombra,
improvisando ensoñaciones
a mi marzo fenecido.

Sentirla;
incrustada;
el anhelo de verla.

lunes, 18 de febrero de 2013

Ansiedad


Mejor si se esta despierto con el pensamiento haciendo confidencias. La felicidad inexplicable causa miedo.

miércoles, 9 de enero de 2013

Novilunio



Se supone que te amo como el aire que respiro.
Que vivo en el susurro de melodías suaves;
tan suaves de un recuerdo 
y que recuerdo por un instante, 
que no puedo más que leerte lejos...
lejos si los sueños nos permiten llegar a esos lugares.

Hoy estas en tus sueños de Princesa,
detrás de lo no dicho
sobre un hilado sueño de luna llena,
desde un verso y en la mudez de la noche amante.
¿Qué luz de noches 
coronado en mil besos 
llegan a mi 
desde un cielo silencioso
a alumbrar las tristezas?
Ninguna como tú
en tu dulce vestido azul
sobre un precioso fondo estrellado;
en esas aguas
que guardan el susurro reverberante de tus besos,
hasta el horizonte de tus ojos que sueñan.

He esperado en el viento
tu recuerdo.
Mientras yo, náufrago crepuscular,
busco tras puertas y astros opacos 
la esquiva alquimia del lenguaje
de estrellas y luciérnagas riendo en la oscuridad.

Poder escribirte,
diseñarte de suaves letras arrulladas en tus aguas.
A ti…
la referida y congraciada Princesa de las tintas de noche.
La mujer aquella a pesar de todo el posible silencio
a su cobijo insabido y bien guardado,
 acuna el nido del gran secreto de los sueños soñados
cuando el deseo de un beso
conjuga los tiempos incontados
y deletrea las horas
con borrones y bosquejos de lenguajes nuevos
de amor y color.

Ven,
encuéntrame con estos mil sueños de otoño
con el corazón expuesto en letras de luna 
que desde el fondo del silencio 
alumbrarás las tristezas.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Hello. And Bye


Cuándo debo escribir 
para que no tenga que olvidar.
Imaginar, 
pensarla junto a mi
desperdigándose,
mezclándose
si se pone a llorar.


Empiezo por la pequeña luna de luz espesa perdida en la noción del tiempo. Quiero despertar. Muriendo en un adiós y recordando un te quiero en el arribo de las últimas hebras de la gran luna azul.

Olvido se llama y me alegraré de no ser yo y ser ella sin un adiós que sobreviva un tiempo.

martes, 27 de noviembre de 2012

16:44


Mis letras deformadas; líquido viscoso que embarra mis dedos.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Rojos Apagados



Cuando octubre es triste y el viento helado lleva el rojo evaporado de las tardes, los refugios de alcohol se mantienen tan cerca de los labios, prometiendo buscarse con sorbos lunares y sabores misteriosos. 

Es larga la noche como la sombra que cubre el recuerdo de los días, y si ésta no fuera un torbellino vivo, rompería la cabeza contra el suelo que carece de conciencia para entumir la desesperación de soledad.

Estoy cansada de llorar conmigo. De esta soledad que me confunde con silencios prologados. De esas tardes rojas y apagadas que, ataviando ilusiones melosas en efectos nocivos, me hagan olvidar el único abrazo de beso y mejilla que caló dentro de los pómulos, el recuerdo de la piel.

martes, 18 de septiembre de 2012

Cúmulus - Líquida


"... Y de los cielos despejados por meses; de esos amplísimos espacios. La Nada se llena de resplandores..."


... Y al verle sonrío. Reconozco en su sonrisa todos los caminos que ha recorrido. Su perfume humedecido por el curso de sus tiempos. El primer encuentro del año, latiendo violenta entre cabellos y suspiros nuevos cargados de aromas.

Ocurre que no te sentí. Me había perdido en el calor sofocante veraniego; de la canícula intemporal que hace imperceptible cada pequeño suspiro, sin ningún estallido de matices expandiendo vapores de cielo.

Llegaste fugaz, empujando cortinas y agitando páginas de un libro suspendido. Moviéndote perdida entre agua desmoronada, en cada árbol en su vaiven de hojas salpicadas y entre brisa acumulada en el cristal de la ventana, escurriendo en silencio en gotas de lluvia.

Ocurre que te veo como una tarde bajo la lluvia. Arropada en cielos tormentosos. Mezclándote en agua y plasma azulado. Peinada en borrascas. Sacudiendo tierra y deletreando suave y lento el borrón del tiempo.

Me vienen las palabras torpes, los latidos de golpe y el desatino de un gris sonriente perdido entre susurro fresco, azahares y humedad de llovizna. Quizá sea sólo reacción humana al tratar de encontrar agua entre nubes electricas; en viejos fragmentos que componen tormentas.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Paseo Lunar


Aquella noche te escribi
infinitamente largo,
blanca de tiza 
o de espuma de mar,
así de blanca y nívea contigo,
era un paseo lunar...

sábado, 28 de julio de 2012

Ocurrencias y bicicletas


Existo más allá de mis horas quietas que pasan avistando suspiros de agua, agolpando en un escándalo de olas entumecidas.

No me refiero a la tarde soportando en el horizonte, ni entre los párpados que se doblan aglutinando un beso, como un trazo, como un recuerdo de tiempo de medidas frecuentes. Ni de noches por descubrir parte de las virtudes y encantos que componen el lado positivo de elixires nocturnos. Pero, a oscuras se esta mejor. Cuánta luz azulada de satisfacción inmediata. Tan contento y liviano, respirando hastío, soledad, corcheas de evocación y de recuerdos en clave de nostalgia.

Necesidad de que mis ojos capten más las luces. Observar el flujo de imágenes animadas con un respiro infatigable de sensaciones tóxicas quemandome los pulmones.
Es mejor pasar la tarde dormitando y observando ojos con el iris lleno de reflejos dorados. Todo es perfecto en éste lugar. Todo se escribe con tranquilidad y sin prisas. Todos pasan y se marchan por trayectorias conocidas con un pensamiento aislado y endulzado. Tan exultante como mi agrado de observar chicas en bicicleta.

miércoles, 20 de junio de 2012

Mar de Confusiones


Oye, ¿sabes que soy luna, y de mi un mar de confusiones?



Creo en la densidad de la noche. 
En el eterno insomne perpetuo
de mis noche livianas.

Cuántas noches de mi hay en mis manos.
Cuánta  luz azulada en el mar nocturno
cuando navegantes crean la inexactitud
de los susurros lunares.

Soy Mar,
dueña eterna del horizonte curvo,
confuso, como agua de luna;
luz intangible
de mi cuerpo desnudo.

martes, 15 de mayo de 2012

Fastidiado de mutilar simpleza fatigable


Las dudas continúan, así que empiezo a dar un repaso. Una vez más miro el escrito, sé mas o menos hasta donde puedo llegar al escribir. Sé qué pregunta me asaltará primero. Sé cuál aunque haya terminado, y me dejará insatisfecho para tacharlo y no dejarle un final. 

Cae uno, cae otro... esto es casi una guerra, los párrafos no pueden conmigo mientras son tachados con fuerza a raíz de su mediocridad imaginativa. 

Llegado a este punto, no sé que es peor, si cambiar lo que pone en duda, o dejarlo porque antes lo veía seguro. Puede que el diálogo entre ambos personajes pudo haber sido más fluido, y de esa manera los tacho al minuto de haberme dado cuenta, y lo que inició en un local rodeado de otros comensales, termina con palabras cada vez más enredadas. 

Una cronología transigente pese a la pobreza literaria. Sucede justo después de albergar ilusiones absortas para féminas imaginadas. Quiero no pensar en ello, y ponerla a dormir sin más, pero mi sentido común me dice que mi recelo a la nota resulta después de todo, un punto exagerado. Tal vez merezca la pena, pero no estoy plenamente satisfecho en todos los sentidos.

El insomne descrito quiere aprender a no soñar, y sin embargo sueña con una lectora encariñada a sus líneas. Qué tan patetico no es eso. Su interés obedecía más bien al hecho de que apenas podía dejar de pensar en la muchacha de aquel local, la cual ella había acudido a él en un acto de curiosidad por saber qué escribía al verlo oteando en una mesa absurdas triquiñuelas que nadie lee ni leerá.

La mañana me sorprende en estas cavilaciones. Sigo aquí; perdido. Borrando melificación alguna y conmociones astilladas. En auxilio, la memoria me sirve para completar lo faltante y dejar un trenzado de modales esquivos.

Tras pasar una de las hojas, termino sin un final, y ahora, es mejor mantenerse calmado. ¡Gracias!

martes, 24 de abril de 2012

Para lluvias silbantes


Fíjate lo lejos que estamos, la diferencia de estación, sin embargo hizo un día de martes de abril como lo describes y llueve contigo.

A mi me gusta la lluvia. Me gusta escribir cuando llueve. Cuando ese ambiente es una masa melancólica, descolorida, silente. Empezar el día con una taza de café y un aguacero, está bien. Normalmente, personas relacionan éste hecho natural con cosas tristes y nostálgicas, que prefieren un año con menos lluvia y más sol que sentirse de esa manera. Pero por acá, es más solicitada en cualquier día aún cuando no es la temporada.

A mi me gusta escribir cuando llueve, y no puedo decir que me es imposible distinguir este olor a ideas. La lluvia me inspira alegría, las nubes me hacen soñar, el viento me lleva lejos. Y como aquel que describes, parado bajo una lluvia repetida, el insomnio que se empieza a instalar nuevamente, mis ganas de escribir aún adormecidas.

Y a veces... muchas veces... quisiera tener un pequeño grabador de pensamientos para registrar los momentos en los que he podido estar debajo de ella... Pero desafortunadamente la temporada de lluvias y aguaceros en mi localidad es de tan sólo unos días al año.

lunes, 19 de marzo de 2012

Imaginario


Me gusta evadirme, como tú, y quedarme quieta en mi despertar, pensando justo en eso, en el día hermoso que hay como buen comienzo de ciclo nuevo. Todo se enciende vertiginosamente, y las emociones entran y salen, y vuelven a entrar y a salir por no decir nada, por no saber escribir. Sólo eso. Pero tan loca que a veces aún dudo de mi y me escabullo con el cuadernito borrador al roce del alba que va deshojando silencios.

Qué emocionante.

Es como esa transición que se produce cuando el cielo se enciende hacia el oeste con la claridad de la palabra vida... y que miro largamente, sin decir nada. Escribiendo palabras sin conseguir ordenarlas en los convencionales renglones, pero que sonrío en pequeñas historias que me invento para dejarlas huir, inquieta y estremecida bajo el huracán de mil palabras...

jueves, 9 de febrero de 2012

Lejos de mi...

¿Me recuerdas?
Ahora camino por estas veredas vacías. Lejos de esa manera de soñar, y de aquello que ventila mi mente. Que me cuesta mucho, y no hablo de escribir que ya ni lo intento. Hablo de respirar, de nostalgia por mirar al cielo en espera de un abrazo gigante...

Hubiera querido escribirte unos versos a plena luz de la luna sin que sepas que he sido yo quien agoniza palabras en estas calles mudas.

jueves, 12 de enero de 2012

Como si fuera magia (para ti)


¿Un trozo de pastel de manzanas
ó un pedazo de cielo donde soñar?
Qué importa. De cualquier modo existen formas de sonreír...


No te he soñado así,
bajo una simple brisa o un soplido suave.
No desde hace tanto
desde que pretendo ser sueño de los vilanos,
portadores de deseos y compañeritas de las nubes.

Esta mañana imagino unas ganas de abrazar,
de celebrar contigo el romance del viento
al peinar las lunarias,
de dejarte en la cara
todo el oxigeno que te hace falta
para volar mas allá de las terrazas...

miércoles, 12 de enero de 2011

Cd. Obregon, 14 de octubre de 2008.

Estimada Sonrisa:


Me hace falta el tiempo para pensar. La idea loca se me esconde y el capricho por escribir se queda dormido como un lirón(...) Pero la memoria no me es indiferente aún cuando la imaginación no me responda como debiera ser...

Lo poco que imagino tal vez sean imaginaciones mías. Tal vez a todo esto, soy yo el inconformista. Inconformidad cuando creo que por lo menos eso me queda para lograr hacer algo y me resigno cuando estoy a punto de hacerlo, ó estando a medias dejándolo inconcluso.


Porqué hablar en vano y no frontal. A veces la mediocridad no es notable pero en fin, no me gusta, ¿Recuerdas que me leías e incluso leíste una carta a medias? ya era peso muerto a principios de verano aunque no dejaría esto para siempre, ni en mayo, ni arrastrando los pies entre semana.


Hoy recordaba: hace dos años aquella primera carta que te mandé, donde te hablaba de aquel día que se escapa y tiñe lentamente el oscuro de la noche helada que se acerca. y como ese día, ¡cuántas cosas han pasado en la vida en cada ritmo del mundo!



Bueno. Los dilemas se expanden mientras mas le hago al loco. Me hubiera gustado que quedara claro, transparente, coherente y al mismo tiempo initerrumpido. Y como lees, bien te darás cuenta que no soy bueno escribiendo cartas, pero sabemos que no importa, porque sonreír y dar los buenos días me son mas fáciles escribirlas.