sábado, 22 de diciembre de 2012

Hello. And Bye


Cuándo debo escribir 
para que no tenga que olvidar.
Imaginar, 
pensarla junto a mi
desperdigándose,
mezclándose
si se pone a llorar.


Empiezo por la pequeña luna de luz espesa perdida en la noción del tiempo. Quiero despertar. Muriendo en un adiós y recordando un te quiero en el arribo de las últimas hebras de la gran luna azul.

Olvido se llama y me alegraré de no ser yo y ser ella sin un adiós que sobreviva un tiempo.

martes, 27 de noviembre de 2012

16:44


Mis letras deformadas; líquido viscoso que embarra mis dedos.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Rojos Apagados



Cuando octubre es triste y el viento helado lleva el rojo evaporado de las tardes, los refugios de alcohol se mantienen tan cerca de los labios, prometiendo buscarse con sorbos lunares y sabores misteriosos. 

Es larga la noche como la sombra que cubre el recuerdo de los días, y si ésta no fuera un torbellino vivo, rompería la cabeza contra el suelo que carece de conciencia para entumir la desesperación de soledad.

Estoy cansada de llorar conmigo. De esta soledad que me confunde con silencios prologados. De esas tardes rojas y apagadas que, ataviando ilusiones melosas en efectos nocivos, me hagan olvidar el único abrazo de beso y mejilla que caló dentro de los pómulos, el recuerdo de la piel.

martes, 18 de septiembre de 2012

Cúmulus - Líquida


"... Y de los cielos despejados por meses; de esos amplísimos espacios. La Nada se llena de resplandores..."


... Y al verle sonrío. Reconozco en su sonrisa todos los caminos que ha recorrido. Su perfume humedecido por el curso de sus tiempos. El primer encuentro del año, latiendo violenta entre cabellos y suspiros nuevos cargados de aromas.

Ocurre que no te sentí. Me había perdido en el calor sofocante veraniego; de la canícula intemporal que hace imperceptible cada pequeño suspiro, sin ningún estallido de matices expandiendo vapores de cielo.

Llegaste fugaz, empujando cortinas y agitando páginas de un libro suspendido. Moviéndote perdida entre agua desmoronada, en cada árbol en su vaiven de hojas salpicadas y entre brisa acumulada en el cristal de la ventana, escurriendo en silencio en gotas de lluvia.

Ocurre que te veo como una tarde bajo la lluvia. Arropada en cielos tormentosos. Mezclándote en agua y plasma azulado. Peinada en borrascas. Sacudiendo tierra y deletreando suave y lento el borrón del tiempo.

Me vienen las palabras torpes, los latidos de golpe y el desatino de un gris sonriente perdido entre susurro fresco, azahares y humedad de llovizna. Quizá sea sólo reacción humana al tratar de encontrar agua entre nubes electricas; en viejos fragmentos que componen tormentas.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Paseo Lunar


Aquella noche te escribi
infinitamente largo,
blanca de tiza 
o de espuma de mar,
así de blanca y nívea contigo,
era un paseo lunar...

sábado, 28 de julio de 2012

Ocurrencias y bicicletas


Existo más allá de mis horas quietas que pasan avistando suspiros de agua, agolpando en un escándalo de olas entumecidas.

No me refiero a la tarde soportando en el horizonte, ni entre los párpados que se doblan aglutinando un beso, como un trazo, como un recuerdo de tiempo de medidas frecuentes. Ni de noches por descubrir parte de las virtudes y encantos que componen el lado positivo de elixires nocturnos. Pero, a oscuras se esta mejor. Cuánta luz azulada de satisfacción inmediata. Tan contento y liviano, respirando hastío, soledad, corcheas de evocación y de recuerdos en clave de nostalgia.

Necesidad de que mis ojos capten más las luces. Observar el flujo de imágenes animadas con un respiro infatigable de sensaciones tóxicas quemandome los pulmones.
Es mejor pasar la tarde dormitando y observando ojos con el iris lleno de reflejos dorados. Todo es perfecto en éste lugar. Todo se escribe con tranquilidad y sin prisas. Todos pasan y se marchan por trayectorias conocidas con un pensamiento aislado y endulzado. Tan exultante como mi agrado de observar chicas en bicicleta.

miércoles, 20 de junio de 2012

Mar de Confusiones


Oye, ¿sabes que soy luna, y de mi un mar de confusiones?



Creo en la densidad de la noche. 
En el eterno insomne perpetuo
de mis noche livianas.

Cuántas noches de mi hay en mis manos.
Cuánta  luz azulada en el mar nocturno
cuando navegantes crean la inexactitud
de los susurros lunares.

Soy Mar,
dueña eterna del horizonte curvo,
confuso, como agua de luna;
luz intangible
de mi cuerpo desnudo.

martes, 15 de mayo de 2012

Fastidiado de mutilar simpleza fatigable


Las dudas continúan, así que empiezo a dar un repaso. Una vez más miro el escrito, sé mas o menos hasta donde puedo llegar al escribir. Sé qué pregunta me asaltará primero. Sé cuál aunque haya terminado, y me dejará insatisfecho para tacharlo y no dejarle un final. 

Cae uno, cae otro... esto es casi una guerra, los párrafos no pueden conmigo mientras son tachados con fuerza a raíz de su mediocridad imaginativa. 

Llegado a este punto, no sé que es peor, si cambiar lo que pone en duda, o dejarlo porque antes lo veía seguro. Puede que el diálogo entre ambos personajes pudo haber sido más fluido, y de esa manera los tacho al minuto de haberme dado cuenta, y lo que inició en un local rodeado de otros comensales, termina con palabras cada vez más enredadas. 

Una cronología transigente pese a la pobreza literaria. Sucede justo después de albergar ilusiones absortas para féminas imaginadas. Quiero no pensar en ello, y ponerla a dormir sin más, pero mi sentido común me dice que mi recelo a la nota resulta después de todo, un punto exagerado. Tal vez merezca la pena, pero no estoy plenamente satisfecho en todos los sentidos.

El insomne descrito quiere aprender a no soñar, y sin embargo sueña con una lectora encariñada a sus líneas. Qué tan patetico no es eso. Su interés obedecía más bien al hecho de que apenas podía dejar de pensar en la muchacha de aquel local, la cual ella había acudido a él en un acto de curiosidad por saber qué escribía al verlo oteando en una mesa absurdas triquiñuelas que nadie lee ni leerá.

La mañana me sorprende en estas cavilaciones. Sigo aquí; perdido. Borrando melificación alguna y conmociones astilladas. En auxilio, la memoria me sirve para completar lo faltante y dejar un trenzado de modales esquivos.

Tras pasar una de las hojas, termino sin un final, y ahora, es mejor mantenerse calmado. ¡Gracias!

martes, 24 de abril de 2012

Para lluvias silbantes


Fíjate lo lejos que estamos, la diferencia de estación, sin embargo hizo un día de martes de abril como lo describes y llueve contigo.

A mi me gusta la lluvia. Me gusta escribir cuando llueve. Cuando ese ambiente es una masa melancólica, descolorida, silente. Empezar el día con una taza de café y un aguacero, está bien. Normalmente, personas relacionan éste hecho natural con cosas tristes y nostálgicas, que prefieren un año con menos lluvia y más sol que sentirse de esa manera. Pero por acá, es más solicitada en cualquier día aún cuando no es la temporada.

A mi me gusta escribir cuando llueve, y no puedo decir que me es imposible distinguir este olor a ideas. La lluvia me inspira alegría, las nubes me hacen soñar, el viento me lleva lejos. Y como aquel que describes, parado bajo una lluvia repetida, el insomnio que se empieza a instalar nuevamente, mis ganas de escribir aún adormecidas.

Y a veces... muchas veces... quisiera tener un pequeño grabador de pensamientos para registrar los momentos en los que he podido estar debajo de ella... Pero desafortunadamente la temporada de lluvias y aguaceros en mi localidad es de tan sólo unos días al año.

lunes, 19 de marzo de 2012

Imaginario


Me gusta evadirme, como tú, y quedarme quieta en mi despertar, pensando justo en eso, en el día hermoso que hay como buen comienzo de ciclo nuevo. Todo se enciende vertiginosamente, y las emociones entran y salen, y vuelven a entrar y a salir por no decir nada, por no saber escribir. Sólo eso. Pero tan loca que a veces aún dudo de mi y me escabullo con el cuadernito borrador al roce del alba que va deshojando silencios.

Qué emocionante.

Es como esa transición que se produce cuando el cielo se enciende hacia el oeste con la claridad de la palabra vida... y que miro largamente, sin decir nada. Escribiendo palabras sin conseguir ordenarlas en los convencionales renglones, pero que sonrío en pequeñas historias que me invento para dejarlas huir, inquieta y estremecida bajo el huracán de mil palabras...

jueves, 9 de febrero de 2012

Lejos de mi...

¿Me recuerdas?
Ahora camino por estas veredas vacías. Lejos de esa manera de soñar, y de aquello que ventila mi mente. Que me cuesta mucho, y no hablo de escribir que ya ni lo intento. Hablo de respirar, de nostalgia por mirar al cielo en espera de un abrazo gigante...

Hubiera querido escribirte unos versos a plena luz de la luna sin que sepas que he sido yo quien agoniza palabras en estas calles mudas.

jueves, 12 de enero de 2012

Como si fuera magia (para ti)


¿Un trozo de pastel de manzanas
ó un pedazo de cielo donde soñar?
Qué importa. De cualquier modo existen formas de sonreír...


No te he soñado así,
bajo una simple brisa o un soplido suave.
No desde hace tanto
desde que pretendo ser sueño de los vilanos,
portadores de deseos y compañeritas de las nubes.

Esta mañana imagino unas ganas de abrazar,
de celebrar contigo el romance del viento
al peinar las lunarias,
de dejarte en la cara
todo el oxigeno que te hace falta
para volar mas allá de las terrazas...