Existo más allá de mis horas quietas que pasan avistando suspiros de agua, agolpando en un escándalo de olas entumecidas.
No me refiero a la tarde soportando en el horizonte, ni entre los párpados que se doblan aglutinando un beso, como un trazo, como un recuerdo de tiempo de medidas frecuentes. Ni de noches por descubrir parte de las virtudes y encantos que componen el lado positivo de elixires nocturnos. Pero, a oscuras se esta mejor. Cuánta luz azulada de satisfacción inmediata. Tan contento y liviano, respirando hastío, soledad, corcheas de evocación y de recuerdos en clave de nostalgia.
Necesidad de que mis ojos capten más las luces. Observar el flujo de imágenes animadas con un respiro infatigable de sensaciones tóxicas quemandome los pulmones.
Es mejor pasar la tarde dormitando y observando ojos con el iris lleno de reflejos dorados. Todo es perfecto en éste lugar. Todo se escribe con tranquilidad y sin prisas. Todos pasan y se marchan por trayectorias conocidas con un pensamiento aislado y endulzado. Tan exultante como mi agrado de observar chicas en bicicleta.